#PROFESORESIMPORTAN
Invertir y formar profesores es más rentable académicamente que comprar ordenadores
Solo con tecnología no se mejora
el rendimiento, que sí se consigue con un profesor excelente
SARA CARREIRA en la voz de galicia.es
05/01/2018 11:38 H
05/01/2018 11:38 H
#teachersmatter (los profesores importan) es la etiqueta de la Fundación
Varkey para promocionar su concurso del mejor profesor del mundo, al que premian
con un millón de dólares. El certamen que se celebra en marzo cada año en Dubái
tiene claro que un buen maestro es la primera gran diferencia en la que se
puede intervenir para triunfar o no en los estudios.
¿Y en España? Exactamente igual. Hay, es cierto, una variable determinante,
que son las condiciones socioeconómicas de las familias, pero en esto poco
puede hacer un colegio. Pero a la hora de intervenir para mejorar la situación
de una escuela, un estudio realizado por investigadores sevillanos indica que
es más rentable invertir en formar a los profesores que en dotar de ordenadores
a un aula, o incluso intentar movilizar a las familias.
Esto es interesante, porque en Galicia hay un estudio realizado por los
investigadores Fernando Fraga-Varela y Almudena Alonso-Ferreiro
que recoge la opinión de la mitad de los docentes participantes en el
programa Abalar-Edixgal de la Xunta (es decir, la enseñanza a través de los
ordenadores portátiles y el libro digital), y según la encuesta solo uno de
cada tres cree que ha tenido bastante o mucha formación para afrontar este
reto. Sí dicen conocer bien los objetivos del proyecto, pero otra cosa son la inversión,
la expansión del modelo educativo y la calidad de los materiales. Hay que
recordar, eso sí, que el curso actual ha supuesto un revulsivo para el proyecto
Edixgal, y por tanto habrá que esperar que se asienten los cambios para ver si
mejoran estas valoraciones.
Más que los grandes esfuerzos políticos, en las notas de Ciencias influye
el estilo docente, el orden y control del aula, el respeto profesor-alumno y la
adaptación del aprendizaje a las características de cada estudiante
En cuanto a la investigación sevillana y publicada en el número
378 de la Revista de Educación ( y que se titula Importancia
de la actuación docente frente a la política educativa regional en la
explicación del rendimiento de PISA), esta ha sido realizada por dos
especialistas de la Universidad de Sevilla (Javier Gil-Flores y Soledad
García-Gómez). En su estudio se hizo un análisis de los datos del
informe PISA atendiendo, además de las notas en Ciencias, otras variables.
Había una serie de mediciones objetivas y relativas a cada comunidad autónoma:
PIB per cápita, peso de la escuela pública, gasto por alumno, tamaño de los
grupos, ratio alumno-profesor y número de ordenadores por grupo.
Pero a esas cifras económicas los investigadores sumaron las respuestas a
preguntas más personales: unas dirigidas al centro, como liderazgo educativo,
conductas negativas del alumnado, respeto a los estudiantes, implicación de las
familias y control de la calidad en el colegio; y otras a partir de las
opiniones de los alumnos, como el estilo docente (hasta que punto el profesor
establece las dinámicas de la clase), la metodología investigativa (didácticas
aplicadas a partir de una investigación), adaptación de la enseñanza a las
características del alumno, retroalimentación al alumnado (información que
reciben los menores sobre su aprendizaje) y apoyo al alumnado. Finalmente se
sumó un ítem más: control de la clase (frecuencia de situaciones negativas).
Con todo lo anterior y una serie de fórmulas, se llegó varias e
interesantes conclusiones, siempre relacionadas con el centro, más allá de la
comunidad autónoma (de ahí que no se puedan considerar datos gallegos por
separado).
1. Las condiciones
socioculturales, lo principal. El índice ESCS es la variable de
máxima relevancia, y eso incluye desde los estudios de los progenitores hasta
el número de libros u ordenadores de la casa. Pero esta variable, repiten los
autores, es poco útil en tanto no se puede alterar ni a corto ni a medio plazo
con políticas educativas.
2. Las inversiones, mejor
cómo que cuánto. Uno de los asuntos más interesantes. No importan tanto el dinero que se
gasta (a partir de cierto nivel no es proporcional la mejora que genera) sino
el cómo se invierte. Un ejemplo claro en el que se incide en el citado estudio
gallego: de nada sirve comprar ordenadores si después no se forma a los
profesores en su uso.
3. Las TIC, negativas. Siguiendo el
razonamiento anterior, un alto número de ordenadores por aula (sin nada más)
tiene un signo negativo, algo que debería tener muy en cuenta cualquier
administración.
4. El maestro más
importante que la Administración. «Constatamos -dice el estudio- un
mayor efecto del desempeño del profesorado que de la cultura institucional». Es
decir, más que los grandes esfuerzos políticos, en las notas de Ciencias
influye el clima de la clase, el estilo docente, el orden y control del aula,
el respeto profesor-alumno y la adaptación del aprendizaje a las
características de cada estudiante. Por eso, los investigadores abogan por «una
dotación estable de profesorado y ajustada al volumen del alumnado».
5. La ratio es un factor
importante, pero no decisivo. Los grupos más pequeños facilitan
el aprendizaje de todo el alumnado, pero cuando se analizan sistemas educativos
en general, la modificación del tamaño de las clases apenas explican los
cambios observados en las puntuaciones medias.
6. Los alumnos
disruptivos sí marcan la diferencia. Las conductas negativas en clase
son tan importantes que los investigadores consideran necesario «tomar medidas
orientadas hacia el alumnado con mayor desafección escolar, potenciar la
orientación personal y académica, emplear metodologías de enseñanza
participativa y diversificar las actividades de ocio».
7. Ni pública ni privada,
y otros mitos. El informe PISA lo repite una y otra vez: la titularidad del centro no es
significativa. Y el estudio sevillano también resta importancia a la cultura
institucional, liderazgo educativo, implicación de las familias y medidas en
pro de la calidad educativa «no son relevantes para explicar las diferencias de
rendimiento del alumnado».
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